El negocio del sexo



La industria del porno es un sector que mueve constantemente dinero, pero no todas las productoras nacionales actúan de manera legal y son muchas las que pagan a sus actores en negro. Las secuencias que se graban y se distribuyen hay que declararlas en el Ministerio de Cultura y “declarar un negocio online es como decir cuantos granos de arroz contiene un kilo”, indica el actor porno Sergio del Hierro. Los gastos de legalizar cada secuencia son muy grandes, y los beneficios, es muy dificil que superen a los gastos, “por eso se suele pagar en negro y al momento”, aunque las productoras más conocidas sí que tienen todo esto en regla.



En Italia crucifican a impuestos todo lo relacionado con el porno, por lo que si ocurriese lo mismo en España, ¿la industria podría sobrevivir? Según la productora IFG, “ya está sobreviviendo”. Esta productora es un ejemplo de empresa legal. Tienen 25 trabajadores por los que pagan Seguridad Social, IRPF, impuesto de sociedades… como cualquier empresa, trabajan prácticamente parar pagar. Pero también cabe destacar un dato, y es que la industria del porno no recibe ayudas, ni protección de la SGAE, ni subvenciones como el cine convencional, ni fama, ni se promociona en la TV, ni se proyecta en cines, por tanto, el porno no saca los beneficios enormes que saca el cine convencional, y cada escena en España cuesta cerca de 1.500 euros, debido a que hay que pagar a los actores, la localización, el cámara, y el transporte si hay que desplazarse.

El intrusismo en los tupper-sex



La crisis llega a todos los sectores y a la industria del porno también. El boom del tupper-sex junto a la crisis han provocado que aparezcan una serie de personas que se dedican a ofrecer reuniones de tupper-sex de una manera ilegal, sin licencia y dejando probar a sus clientas los productos, dañando el sector y perjudicando al mercado profesional que tiene sus papeles en orden.


Los primeros sex-shops aparecieron en España en los últimos años de la década de los setenta, siendo Kitsch la pionera en Barcelona, pues abrió sus puertas en 1978. En aquellos primeros tiempos sólo existían Blue Rain, en Valencia, y dos locales, establecidos respectivamente en Zaragoza y en Madrid, que inauguraron la presencia de este tipo de locales en el país, según el libro ‘En mi casa o en la tuya: historias de tapper-sex’. En los albores de la democracia, la oferta en juguetería erótica era mínima, eran muy rudimentarios, hechos, diseñados y fabricados por señores.

¿Está en crisis el porno?

La actual crisis económica ha arrastrado a la industria nacional del porno a paralizar casi por completo los rodajes de nuevas películas y nuevas producciones, pero no es solamente en España, es el resultado de una crisis global. Un problema a nivel mundial, en el que cada país tiene su proporción de crisis.

Además, esta crisis no afecta a todas las productoras nacionales por igual, mientras muchas se han caído del mercado, otras como IFG , Putalocura o Cumlouder, están rodando más que nunca. El directivo de IFG, Robin Reid, afirma que hay crisis para quien no se adapta a los nuevos tiempos ni le echa imaginación. “Si se hacen bien las cosas, no hay crisis. El número de productoras no ha bajado, algunas de las antiguas han desaparecido, pero han surgido nuevas con gente muy preparada”.


Actualmente en el panorama nacional existen diez productoras porno. Tres de ellas son las principales productoras que mueven el 90% del mercado. Estas son PutaLocura en Madrid, Cumlouder en Asturias e IFG en Barcelona. Una cuarta importante podría ser Kemako de Sitges. Las otras seis productoras apenas mueven dinero. Asimismo, Cumlouder e IFG son las dos productoras que mayores ingresos sacan en Internet, mientras que todas las demás, lo hacen a través de DVD.


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