Analingus

Esta práctica sexual consiste en la estimulación del ano mediante la lengua, la boca e incluso los dientes. Puede ser muy placentera, pero a la vez, también tiene sus riesgos (HIV, hepatitis A, herpes…) por lo que es conveniente usar un parche, teniendo en cuenta que no te protegerá de nada si, en un despiste, lo giras y tu boca entra en contacto con el lado que ha estimulado el ano de tu pareja.  Una posible excepción sería si se mantiene una relación estable en la que ninguno de los dos padece una enfermedad de transmisión sexual y son monógamos, o ambos toman precauciones durante sus encuentros exteriores.

En este caso, si no se usa ningún método de barrera, una vez finalizado el encuentro, el dador deberá enjuagarse la boca a conciencia, ya que existe una gran variedad de bacterias que pueden provocar una infección tanto bucal como estomacal, y por descontado, no hay que besarse durante esta práctica.

Alguna idea para esta práctica sexual es la estimulación exterior, en la que se pueden probar diferentes formas, desde el lametazo largo, intenso, muy mojado en nalgas, perineo, orificio rectal (prohibido acercarse a la vagina), hasta el rápido revoloteo lingual directamente en el ano; succiones de diferente intensidad, mordisquitos delicados…

¿Movimientos de lengua? Rotatorios (rodeando el ano o girando alrededor a la vez que dibujas pequeños círculos), arriba-abajo-arriba, laterales, con mayor o menor rapidez.
¿Quieres más? Espira lentamente aire caliente sobre sus partes prohibidas (no en el interior del recto), juega con agua a diferentes temperaturas, colócate un cubito de hielo en el interior de la boca para que tu lengua esté fría. Experimenta. Todo vale, menos la brusquedad (salvo que te la pida).

Otra posibilidad es el beso negro. Introduce la lengua en su ano, moldeándola para acoplarla y con suavidad. De hecho, te costará, así que recuerda que es mejor empezar poco a poco, ya que siempre estás a tiempo de moverla con más rapidez o mayor fuerza.

Y por último, no olvides las manos. Mientras tu boca se concentra en el ano y el periné, tus manos pueden acariciarle otras partes del cuerpo, incluso masturbarle. O si prefieres concentrarte en lo que haces, tu pareja puede autoestimularse.

Si por el contrario, eres tú quien está siendo estimulado, la otra persona te agradecerá un gemido complaciente o una indicación de lo que desearías que te hiciera. Y, evidentemente, si no te gusta, dile que pare.

1 comentario:

  1. Realmente esta práctica es bastante excitante, lamer el ano de una mujer es lo más hermoso, yo lo practico y a mi novia le encanta, se pone loca con cada chupada que le doy.

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